Ya se nos acaba el fin de semana, que ha sido completito y ha dado para mucho, pero no para plantearme qué contaros hoy. Esta semana ha sido lo suficientemente intensa como para no permitirme llegar a hoy y poder pensar en que os querría contar, o por lo menos en cómo transmitiros mi domingo sin resultar repetitivo, ya que ni lo que quedó del día de ayer ni lo que ha transcurrido de hoy ha cambiado lo suficiente como para idear un texto con el más mínimo interés (por lo menos para un servidor).
A mediodía hemos salido a comer con nuestros compañeros de la Guardería Perruna (si, para los que no lo sepáis, somos un club muy selecto del barrio y solemos reunirnos, aunque últimamente con menor frecuencia de lo que querría la mayoría de sus integrantes), y aunque esperaba que sirviera para volver a desconectar (bendito jueves, qué malo que te fuiste), aquí sigo con lo mío. Es curioso como para este tipo de reuniones siempre es complicado que los causantes, nuestras mascotas, nos acompañen. Y no será porque las veces que han podido asistir no haya sido divertido. No.
La sesión de la FA está casi lista. Tenía que acabar hoy porque veo difícil poder hacer mucho mañana y mucho menos el martes (guarrrrrrdia).
Mañana vuelvo a tener consulta de tarde y puede que al ser un lunes entre festivos, me encuentre con más sorpresas de las que desearía. Cruzo los dedos porque sean buenas.
Mañana seguro que da para más. Ahora necesito descansar. Nos leemos.
P.D.: Todos contentos y yo estropeando la foto. ¡No hay derecho! Os lo compensaré.
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